Origami en la Escuela

Por: María Eugenia Sandín


El plegado de papel es una herramienta maravillosa que puede implementarse en el trabajo del aula en todos los niveles y en casi todas las áreas de la educación. La transformación de un papel sorprende siempre, y tiene infinidad de posibilidades con las que pueden abordarse proyectos sencillos en los que se desarrolla la creatividad, la concentración, la espera, el respeto y la paciencia.

Al modificar un trozo de papel se pone en juego gran cantidad de destrezas:

  • motricidad fina,
  • coordinación mano-ojo,
  • lateralidad,
  • observación y atención.
  • También se desarrollan conceptos espaciales en el plano y en el área tridimensional.

Los plegados más simples pueden formar parte de un interesante proyecto grupal, en el que se trabaje lo colectivo a partir del aporte individual. Un mural para decorar algún sector de la sala es un interesante estímulo para que todos participen y muestren su trabajo al resto de la comunidad educativa, que seguramente querrá hacer algo similar. Otra opción integradora de lo individual con lo grupal es preparar tarjetas de invitación para un acto escolar o recuerdos de una actividad especial.

El origami además es un recurso de muy bajo costo, solo se requiere del papel adecuado, no es necesario contar con herramientas o elementos especiales. El aprendizaje lo puede brindar tanto el docente como un alumno que comparte con el resto un plegado que le enseñó su abuelo. Enseguida ese conocimiento correrá por las manos de grandes y chicos dentro de toda la institución.

Es una actividad educativa igualadora, divertida y ¡muy contagiosa!

¡Los plegados de papel se recuerdan toda la vida!


María Eugenia Sandín
Profesora de artes plásticas
Presidente de la Asociación Origami Argentina

www.origamiargentina.org